jueves, 4 de abril de 2019

una curiosidad

ENTRE ELLOS SE ENCUENTRA LA CONSIDERADA LA PRIMERA NOVELA PORNOGRÁFICA EN LENGUA INGLESA

La Biblioteca Británica saca a la luz sus libros prohibidos

NYPL

Sala principal renovada.

Londres. La institución ha subido a internet 2.500 volúmenes, la mayoría de ellos considerados en su época como “demasiado obscenos”. Desde tiempos ancestrales, la incomodidad se tradujo en censura. Son incontables las veces en que el poder retiró de circulación libros que molestaban, ya fuera porque alentaban un pensamiento que salía de la norma o porque se extralimitaran en lo que la moral ética marcaba en ese momento. Sin embargo, por mucho que se prohibieran determinados relatos, son varias las personas e instituciones que optaron por guardarlos bajo llave hasta que la sociedad evolucionara y comprendiera el valor que en realidad tenían.

A lo largo de los siglos y ante el temor de que acabaran quemados, el Museo Británico fue guardián de muchos de estos volúmenes. Además de conservarlos bajo llave, los ordenó por temáticas de tal modo que los que tenían contenido erótico —que eran la gran mayoría—, entraron a formar parte de la colección “Private case” (Caso privado).

En 1973, estas obras —datadas entre los siglos XVII y XX— fueron transferidas a la Biblioteca Británica. Ha sido precisamente esta institución quien recientemente anunció la digitalización de todas ellas. Nada menos que 2.500 obras que en pocos días ya han encontrado en la web su zona de confort. Así, los más curiosos descubrirán que la ficción erótica gay existe desde hace tiempo con libros como Teleny o la inversa de la medalla. También podrán leer el diario de un caballero de la Inglaterra victoriana que recopiló sus hazañas sexuales y extraer sus peculiares consejos.

La saga de libros publicada en 1740 The Merryland, que describe a la mujer como “una tierra que debe ser arada”, también se encuentra en la colección. Una definición que se debe contextualizar en el momento en la que fue escrita. Pero si un volumen llama especialmente la atención ese no es otro que Fanny Hill: memorias de una cortesana (1748). Escrita por John Cleland mientras estaba en prisión, está considerada la primera novela pornográfica en lengua inglesa.

Pero, ¿por qué ahora? 
Maddy Smith, curadora de las colecciones impresas, explica a los medios que se trata de una cuestión de “practicidad, conservación y libertad”. “Queremos proteger estos libros raros y frágiles de la decadencia natural, los daños accidentales y la mutilación. Los historiadores podrán acceder a esta fascinante colección que habla de sexo y sexualidad sin necesidad de tocarlos físicamente, pues el paso del tiempo ha hecho mella en muchos de ellos. No obstante, los investigadores podrán ahora encontrar en su lugar sustitutos digitales de alta calidad”.

Cuentan desde la Biblioteca Británica que en su día llegaron a formar parte de este acopio —considerado en la época como “inmoral”— hasta cuatro mil ejemplares. No obstante, conforme avanzaba la sociedad, “el concepto de obscenidad variaba, por lo que muchos de ellos se liberaron y llegaron por fin a las bibliotecas. Hoy, decimos orgullosos, que ya circulan con total libertad por la red”, concluyó Smith.
[Fuente: El Espectador]

Qatar

Ilustración de una edición decimonónica de Fanny Hill or Memoirs of a woman of pleasure de John Cleland (1709–1789).


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